Dos desaparecidos, que a estas horas nadie espera encontrar con vida, y lo que probablemente sea el atentado con la mayor cantidad de explosivos de los últimos años, ha puesto fin a una tregua que había muerto mucho antes.
El gobierno, por boca de su presidente, ha vuelto a hacer gala de sus confusiones y falta de resolución. Con la poca claridad que le caracteriza, el señor Zapatero ha declarado «suspendido» el proceso de negociación con ETA, pero no lo ha dado por cerrado. Primero, nos contaron que no se reunian con ellos; después que sí, pero sin condiciones; más tarde, que con violencia no habría discusiones ( y tenían que mirar para otro lado ante la quema de autobuses) ; luego, advertían que el robo de pistolas tendría «consecuencias», que nadie ha visto; hace unos dias, tenían que salir a desmentir a uno de los suyos, sobre el desplante de ETA al gobierno, para luego confirmar que sí habían tenido esa reunión…
Si en una negociación, alguién da un puñetazo en la mesa, lo hace con el propósito de colocarse en mejor posición negociadora (incluso abandonando esa negociación), para conseguir más. Si la otra parte no responde a ese desafío, estará en una posición más débil. Esto lo sabe cualquiera que se las haya visto, aunque sea con un matón de colegio.
Parece que el gobierno, ha apostado tan ciegamente a que iba a tener éxito en la negociación con los terroristas, que es incapaz de imaginar otro escenario. Y cuando eso sucede, no te queda otro remedio que rectificar o seguir haciendo concesiones, cada vez más débil, a merced de la voluntad de la otra parte y sus amenazas o atentados.
Pero es el momento de rectificar. Ante los dos muertos, solo cabe romper la negociación, perseguir a los asesinos y eliminar todas las concesiones hechas, incluyendo el traslado de los presos. Incluso aunque se esté de acuerdo con el proceso de negociación, esa es la única manera de reforzar tu propia posición.
El PSOE no va a salir de esa debilidad cargando contra el PP. Al contrario, debería tender puentes contra el enemigo común, reforzar el estado de derecho y la imposición de la Ley. Los españoles veríamos un proceso de pacificación que no pudo llevarse a cabo por la intransigencia de los asesinos y un Ejecutivo que es capaz de resolver problemas. En caso contrario, solo le queda el aislamiento político y la debilidad ante el terror.
En una nueva demostración de coraje cívico, miles de personas se han manifiestado este domingo en Madrid y en toda España (incluyendo en las capitales vascas), contra el diálogo del Gobierno con ETA y en protesta por el atentado del sábado en el aeropuerto de Madrid-Barajas.